Los investigadores ahora han creado e-skin que muestra signos vitales en tiempo real

Los científicos han estado trabajando en dispositivos inteligentes durante mucho tiempo con uno de los casos de uso más interesantes que son las pieles sintéticas que pueden aumentar ... bueno, la piel.

Ahora, investigadores de la Universidad de Tokio, dirigidos por el profesor Takao Someya, han anunciado que han desarrollado con éxito un tipo avanzado de e-Skin que puede hacer muchas cosas interesantes.

El e-Skin está cargado de sensores que pueden leer y rastrear signos vitales en tiempo real. Estas lecturas se muestran en la propia piel electrónica, gracias a una matriz de LED incorporada. Según los investigadores, el e-Skin puede rastrear los signos vitales, incluidos la frecuencia cardíaca, la presión arterial o la temperatura. Además, no necesita una aplicación de teléfono inteligente, ya que muestra la información en la piel y tiene la capacidad de almacenar localmente la información, todo lo cual se traduce en un acceso más fácil y rápido a la información y aún conserva la capacidad de rastrear los cambios a lo largo del tiempo..

Sin embargo, si es preferible, el e-Skin se puede emparejar con un dispositivo para enviar la información recopilada a un lugar seguro como la nube.

El equipo de investigadores ha trabajado en varios proyectos de e-Skin en el pasado e incluso ha escrito un artículo que describe la construcción de un e-Skin del tipo que ahora han realizado con éxito. El e-skin es hecho de nanomesh, y es transpirable y elástico - por lo que debería ser razonablemente cómodo de usar, y también podría llevarnos al 'bodyNET' propuesto por los investigadores de la Universidad de Stanford el año pasado.

El equipo de investigación ha mencionado que la compañía responsable de la impresión 3D de la piel dice que debería tener un producto listo para el mercado en algún momento de los próximos tres años. Definitivamente parece que todos pronto entraremos en una especie de relación simbiótica con la tecnología, con todo lo que vive en nuestros cuerpos en lugar de un ladrillo de metal en nuestras manos y mochilas.